Casi se cumple un mes desde que el huracán Matthew tocó suelo cubano por el lado oriental y arrasó con todo lo que encontró a su paso. Lo normal sería que a estas alturas, un gobierno competente ya tuviera restauradas las vías de acceso a los pueblos y ciudades, pero en Cuba no es el caso.
El poblado de Boca de Miel, en Baracoa, está aislado. El puente que conecta a los ciudadanos con el resto de la isla fue devastado por el huracán y las autoridades no se han movilizado para restaurarlo.
“Se han caído niños al atravesarlo para asistir a la escuela, personas mayores que dependen de la integridad de ese puente para todas sus gestiones tanto domésticas como de trabajo, así como algunos turistas”
¿La solución? los pobladores han tenido que comenzar a reparar el puente con recursos limitados. Según reseña el portal Diario de Cuba, pescadores de la zona han tenido que desplazar troncos de árboles de coco para formar un puente improvisado.
Vecinos aseguran que la información ya le fue suministrada al gobierno cubano pero la ayuda no llega.
“No contamos con la ayuda del Gobierno. Los daños que el huracán le hizo al puente nos han afectado en gran medida porque esa es la única vía cercana hacia el pueblo. De lo contrario, hay que atravesar el río en cayucas (pequeñas embarcaciones de madera), pero las personas mayores no pueden usar ese medio y, además, cuando el mar está bravo es imposible utilizarlas porque se hunden”
Un anciano apuntó que el puente de Boca de Miel es utilizado también por residentes en otras comunidades cercanas.
“Por ahí pasa la gente de Majayara, Boma, Yara, Ojo de Agua y otros lugares”
Según los pobladores de Boca de Miel, la situación del puente ha sido reporta a nivel nacional por dirigentes de la zona, pero, para sorpresa de los residentes, “el puente esta catalogado como ‘reparado totalmente’, lo que nos obliga a tomar acciones que son consideradas ilegales”, explican.
Con información de Diario de Cuba
