Frank Ancona fue conocido en Estados Unidos por haber sido uno de los líderes de los Caballeros del Ku Klux Klan (KKK), le llamaban el “Mago Imperial” y recientemente fue hallado muerto en extrañas circunstancias cerca de un río en una zona rural del condado de Washington, Missouri, por una familia que iba a pescar.
Ancona salió de casa el pasado miércoles, supuestamente al trabajo, y desde entonces nadie lo volvió a ver, hasta el pasado sábado, cuando fue encontrado muerto.
RESULTADOS DE LAS INVESTIGACIONES
Las causas de su muerte aún están bajo investigación, pero ya se han formulado cargos contra la esposa y el hijastro de Frank Ancona, quien le habría solicitado el divorcio a Malissa.
El fiscal del condado de St. Francois, Jarrod Mahurin presentó cargos por asesinato y apuntó:
Puede haber sido un problema conyugal
El funcionario explicó que Ancona se hallaba dormido, cuando recibió un disparo en la cabeza entre las 2 y las 3 de la mañana del jueves.
Malissa Ancona, de 44 años y su hijo, Paul Edward Jinkerson Jr, de 24 años, fueron acusados de homicidio en primer grado, acción criminal armada, manipulación de pruebas físicas y abandono de un cadáver.
Se estima que, Jinkerson disparó a su padrastro cuando dormía en su habitación, en su casa de Leadwood. De acuerdo con el detective Matt Wampler, el cuerpo de Ancona fue llevado en el vehículo de Jinkerson a un área fuera de Belgrado, donde fue arrojado cerca del Río Grande.
Tras numerosas investigaciones e interrogatorios con los allegados de la víctima, los detectives registraron el sábado la casa de Ancona, donde hallaron “pruebas de sangre extensa” en el dormitorio principal.
Malissa Ancona le dijo a la policía en una entrevista grabada que Jinkerson le disparó a su marido, y ella ayudó a limpiar la sangre y trató de encubrir el crimen, aseguró Wampler.
Mahurin dijo que tanto Ancona como Jinkerson estaban involucrados en la eliminación del cuerpo y la limpieza.
Desde un primer momento, el sheriff del condado de Washington, Zach Jacobsen, calificó el incidente como “un acto de violencia trágico y sin sentido”.
Redacción CPEM /Con información de stltoday