Un incidente revelado recientemente por un oficial de la Agencia Internacional para el Desarrollo, cuya base se encuentra en la embajada estadounidense en Uzbekistán reabre las sospechas de que Rusia estaría implicada en los inexplicables “ataques acústicos” en contra de diplomáticos estadounidenses y canadienses en Cuba.
Según un reporte publicado este martes por CBS News, Steve Dorsey, el periodista de la cadena que preguntó por primera vez al Departamento de Estado estadounidense sobre el asunto, citó a una fuente familiarizada con el incidente, que revela que un funcionario y su esposa destacados en Uzbekistán notificaron el pasado mes de septiembre sobre el presunto ataque similar al perpetrado en contra de los diplomáticos en la Habana.
La fuente añade además que ambos presentaron efectos similares a lo denunciado en Cuba, por lo que fueron evacuados de Tashkent por el Departamento de Estado para su evaluación. Aún no queda claro el diagnóstico adicional o qué tipos de cuidado han tenido luego de su partida de Uzbekistán.
El Departamento de Estado se abstuvo de describir en detalle el incidente en Tashkent, subraya CBS News.
“No vamos a discutir cada caso individualmente”, dijo un vocero.
“Tomamos en serio las preocupaciones de salud del personal de USG en cualquier parte del mundo”, dijo el portavoz del Departamento de Estado a CBS News. “Nos aseguramos de que nuestro personal sea examinado y reciba el tratamiento adecuado”.
Departamento de Estado desmiente
No obstante, el Departamento de Estado indicó que nadie del personal estadounidense en Tashkent habría presentado problemas médicos similares a los que sufren las víctimas de los ataques de Cuba.
“Podemos confirmar que ningún miembro de la embajada de Estados Unidos en Uzbekistán ha sido diagnosticado con las condiciones que se han observado en Cuba”, dijo el vocero.
En el año 2016, iniciaron los ataques en Cuba y el último ataque se habría producido en agosto de 2017. Según las víctimas de estos ataques, escucharon un sonido fuerte y agudo que a menudo se describe como un silbido de cigarras o grillos en lugares inusuales, a menudo en sus hogares. El diagnóstico posterior fue pérdida de audición, lesiones cerebrales, problemas cognitivos y otras afecciones.
Redacción Cubanos por el Mundo