Juan Manuel Fangio, uno de los automovilistas más importantes de la historia. Foto: Museo Fangio de Buenos Aires
Juan Manuel Fangio, uno de los automovilistas más importantes de la historia. Foto: Museo Fangio de Buenos Aires

Juan Manuel Fangio, el corredor de la F1 secuestrado por la revolución

Feb 23, 2018

La dictadura de Fulgencio Baptista caía en popularidad. El Movimiento 26 de julio, una guerrilla asentada en las montañas de la Sierra, liderada por Fidel Castro, comprometía la estabilidad de Cuba.

Las noticias estaban llenas de las diferentes acciones de los revolucionarios como el asaltó al Banco Nacional de Cuba, en el cual en vez de robarse plata, incendiaron un montón de cheques, según reseña la BBC Mundo.

Ahora la Isla, un enclave turístico a merced de Estados Unidos, estaba en juego y el dictador de derecha necesitaba desviar la atención del pueblo. Por ello organizó una carrera de autos en el Malecón de La Habana: el Segundo Gran Premio de Cuba.

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Los protagonistas eran los mejores pilotos del mundo, pero también lo sería Castro al denunciar la “tiranía” de Batista.

Se idearon un secuestro. El joven Manuel Uziel, conocido como El Chueco, apuntó con un arma al argentino Juan Manuel Fangio, uno de los más grandes pilotos de Fórmula 1, para llevárselo educada y pacíficamente.

Secuestro pacífico

“Disculpe, Juan, me va a tener que acompañar”, le dijo El Chueco al piloto argentino en pleno lobby del Hotel Lincoln de La Habana, donde Fangio estaba reunido con sus mecánicos.

Juan Manuel Fangio les expresó a sus mecánicos que algo no funcionaba bien con el automóvil y la pista. Foto: Museo Fangio de Buenos Aires
Juan Manuel Fangio les expresó a sus mecánicos que algo no funcionaba bien con el automóvil y la pista. Foto: Museo Fangio de Buenos Aires

Allí Fangio les expresó que algo no funcionaba bien con el automóvil y la pista.

El secuestro significó un efectivo golpe propagandístico contra la tiranía batistiana y un importante estímulo para las fuerzas revolucionarias.

Pero la carrea igual se hizo sin Fangio y el carro como se temía falló. Hubo un accidente y murieron seis personas; 40 resultaron heridas. Fangio por secuestrado, no fue víctima.

“Me hicieron un favor”, declaró Fangio luego del secuestro.

Actualmente el hotel Lincoln se encuentra en proceso de reparación para celebrar sus 90 años de fundado.

Indira Oro Orbeal, técnica de calidad del hotel, explicó que dentro del proceso de reparación, está comprendido poner la habitación 810 como era original, con sus muebles de la época, con el teléfono que utilizó Fangio.

“Todo eso lo tenemos guardado y una vez que terminemos la restauración, lo sacaremos para que los huéspedes interactúen” con el lugar donde se produjo el secuestro, destacó Orbeal.

Las paredes del salón principal del Lincoln están adornadas con pinturas de artistas cubanos dedicadas al argentino y algunas fotografías de la época alegóricas al secuestro.

En una de las instantáneas, se ve a Fangio durmiendo enrollado entre varias sabanas.

Primer escondite

Cada lugar en el que estuvo Fangio durante su secuestro se encuentra en proceso de reparación. La revolución pretende hacer un museo con esos inmuebles, pero sólo de boca, porque las desatenciones tienen las infraestructuras en el piso.

Tal es el caso de la casa #160 en la calle 22 en el barrio del Vedado, que había sido alquilado por los secuestradores para pasar la primera noche, pero al final solo estuvieron media hora en él, pues decidieron a último momento cambiar de sitio para garantizar una mayor protección de la operación.

En el Hotel Lincoln de La Habana, hay una placa para recordar el secuestro.
En el Hotel Lincoln de La Habana, hay una placa para recordar el secuestro.

Mercedes Romay, actual propietaria del inmueble, comentó que los secuestradores escogieron cuidadosamente esa casa porque “tiene un pasillo lateral que no se ve a simple vista y que da a la calle de atrás”.

“Ellos escogieron la casa por si los descubrían, poder escapar rápido por esa salida oculta”, sentenció Romay.

Santiago Senén González, veterano periodista argentino, comentó que al secuestrado no le vendaron los ojos y lo trasladaron de nuevo en una caravana de tres carros con ventanas abiertas.

“Allí había mucha gente que festejaba el éxito del operativo; algunos pedían autógrafos al campeón que, sin nada que temer, se atrevió a comentar que no había cenado”, escribió Senén.

Se le dieron papas fritas con huevo para que comiera.

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En la casa número 42 de la calle Norte en Nuevo Vedado, una de las zonas más glamurosas de la ciudad, hay una placa que enuncia: “En esta casa fue escondido Juan Manuel Fangio, campeón argentino de automovilismo…”.

La noche

Yamilé del Vallín, de 56 años, es la propietaria de la residencia donde durmió Fangio. Allí venden bolsas de hielo.

“La historia no se puede perder y es lo que está pasando con esta casa, solo se acuerdan de nosotros cuando llega la fecha, el gobierno no se preocupa por el estado de la vivienda”, aseguró Yamilé.

Senén cuenta que después de la carrera, los guerrilleros no sabían cómo liberar a Fangio sin que corriera riesgos.

El secuestro que ocurrió en el Hotel Lincon significó un efectivo golpe propagandístico contra la tiranía batistiana y un importante estímulo para las fuerzas revolucionarias.
El secuestro que ocurrió en el Hotel Lincon significó un efectivo golpe propagandístico contra la tiranía batistiana y un importante estímulo para las fuerzas revolucionarias.

Creían que la gente de Batista era capaz de matara al corredor para culpar y así desprestigiar a Fidel Castro. Finalmente decidieron contactar al entonces embajador argentino, casualmente un primo de Ernesto Che Guevara, Raúl Guevara Lynch.

El edificio #20 en la calle 12 del Vedado, en el piso 11 A, residencia de Mario Zaballe, agregado militar de la embajada, fue el sitio acordado para la entrega.

Entrega

En la actualidad, el inmueble lo conforman dos largas torres de veinte pisos que integran una de las residencias estudiantiles universitarias de La Habana.

Francisco Fuentes, de 72 años vive actualmente allí.

“Cada 24 de febrero de cada año, Arnold Rodríguez, el hombre que entregó a Fangio, venía a casa y tomábamos un té en la ventana. Él nos contó cómo se desarrolló todo. Hace unos años que murió”, recuerda Francisco.

Arnold Rodríguez y Juan Manuel Fangio terminaron siendo grandes amigos tras el secuestro. Después de 1959, el piloto volvió a visitar la isla varias veces.

Cuenta Francisco que uno de esos 24 de febrero, Arnold le contó que, cuando llegó Fangio con sus secuestradores, los diplomáticos argentinos quedaron con el semblante contraído, y Fangio les dijo: “Estos son mis amables secuestradores, mis amigos secuestradores”.

Redacción Cubanos por el Mundo

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