La crisis que produce corrupción afecta todos los rincones de Cuba. Llegó para quedarse en las escuelas, donde los maestros estatales acorralados por el sistema y el hambre imponen su propio escalafón basados en los regalos de los alumnos y sus padres; según reseña Diario de Cuba.
El sistema educativo cubano dice que los maestros no pueden aplazar a la mayoría de los alumnos. Ellos deben avanzar en los grados sin importar si asimilan o no los objetivos planteados. El hambre dice que si no se tiene un trabajo que genere ingresos adicionales no se come. El salario por ser educador es en los mejores casos de 40CUC al mes. Esto es insuficiente para costear la canasta básica mensual de un hogar.
Entonces: ¿Por qué no sacar provecho de algo que finalmente se va a hacer? Los maestros están obligados a aprobar a los alumnos, pero ahora cobran por ello para su beneficio. Esta es una práctica casi habitual.
Casos
Ainara, estudiante de 12 grado, se queja de la situación.
“Mi nota puede que sea un par de puntos más baja que la de otros, pero me la gané yo estudiando. Mi familia no tiene dinero para regalos. No es justo que el que pagó por tener buena nota esté por delante de mí en el escalafón y coja una carrera que no se merece, porque no ha estudiado”.
La corrupción de los maestros es natural todo el año escolar, pero se vuelve abusiva cuando ya culmina el periodo. Sobre todo, en los centros de nivel medio superior; donde el escalafón es una pieza clave para el otorgamiento de carreras universitarias.
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Las deficiencias en el rendimiento de los alumnos que se vienen arrastrando año tras año producto de la creciente falta de educadores, el bajo rigor en la enseñanza de las materias, la escaza bibliografía para uso de los estudiantes y la arcaica forma de impartir las clases; se intenta tapar con repasos que no logran alcanzar objetivo y entonces finalmente aparecen los regalos a los maestros para que este ponga una nota de aprobación.

Testimonios
Una trabajadora del Ministerio de Educación del municipio Arroyo Naranjo, aseguró que en el preuniversitarios Carlos Pérez y en la escuela secundaria Rafael Carini Milián, ubicadas en Arroyo Naranjo, hubo falta de maestros en distintas asignaturas durante todo el curso que no pudieron cubrirlas.
Rolando, padre de un alumno de 12 grado, señaló que con esas ausencias los muchachos no pueden aprender. “Los maestros te piden favores o dinero por clases extra alegando que tu hijo tiene problemas académicos y solo así los pueden ayudar”.
Dunia, madre de una estudiante preuniversitaria, detalló que tuvo que pagar tres repasos semanales a un CUC durante todo el curso. “Los profesores daban poca materia en las escuelas para luego cobrar por dar repasos particulares a los mismos alumnos en sus casas. Eso es una práctica ya normal, pero sigue siendo una falta de ética profesional”.
Razones
Otra fuente de Educación aseguró que, a pesar del atraso en impartir materias y la cantidad de estudiantes no reparados; las escuelas no pueden presentar altos niveles de alumnos suspensos.
“Hay corrupción dentro del Ministerio de Educación, tanto el provincial como municipal. El ministerio amonesta a los directores; en fin, hay que pasar de grado a la mayoría, aunque no sepan nada”, reconoció
Al final, cuando se acerca el momento de conocer el lugar en el escalafón para la universidad, tras acabar el preuniversitario, muchos hijos de padres con solvencia económica están despreocupados, ya que se sienten seguros por los regalos entregados a sus maestros.
Los que no tienen dinero para regalos y clases particulares lamentan la situación, pero no encuentran sentido a protestar ante la injusticia. ¿Quién va a escuchar sus denuncias ante una corrupción que está demasiado extendida situación casi cultural, una situación casi cultural?
Nadie cree que esto pueda tener solución.
Redacción Cubanos por el Mundo