A pesar de todos los inconvenientes que se viven en la isla, un campesino de Guantánamo exhibió todos los alimentos que se producen en su finca “La Esperanza” de más de 29 hectáreas.
En la finca ubicada en Casimba Arriba, municipio de Manuel Tames, se pueden ver las extensas áreas sembradas de maíz, plátano de diferentes variedades y yuca, intercaladas con calabaza, boniato, quimbombó y sorgo.
La propiedad perteneciente a la familia Simón Savón es dirigida por el campesino de Guantánamo Luis Enrique, el mayor de los hermanos. El cubano asegura que, junto al trabajo de sus obreros, ha concretado un crecimiento sostenido en la producción de alimentos.
En la finca se ha comenzado a incursionar en la producción avícola al contar con más de 4 mil pollos. Así como también con la crianza de chivos para producir leche y carne.
Según un reporte del diario castrista Venceremos, el emprendedor campesino enfoca sus esfuerzos en impulsar los resortes productivos y organizativos para “potenciar la integralidad de finca”. De esa manera contribuye al “Programa de Autoabastecimiento Municipal”.
“A pesar de las limitaciones materiales, los resultados de este año en relación con los del anterior serán muy superiores. Tanto en la producción de carne como de alimentos para los animales”.
Aseveró.
Producción en tiempos de Covid-19
El campesino de Guantánamo afirmó que, gracias al ritmo de trabajo que ha mantenido, ha podido sobreponerse a la difícil situación provocada por la Covid-19.
“Aunque las lluvias primaverales llegaron tardíamente, la tierra se roturó y preparó en tiempo, también nos favoreció el posterior comportamiento de la naturaleza y la calidad de las semillas”.
Apuntó.
Como forma de diversificar su producción, el guantanamero también sembró ocho hectáreas de yuca, que utilizará como semillas en el sembrado extensivo de nuevas tierras que les serán asignadas.
Asimismo, Savón, productor de alimento animal a partir de fuentes alternativas locales, aprovecha el palmiche de 120 palmas y los mangos de 480 árboles dispersos en la finca. También emplea desechos de cosechas y residuos de las industrias pesquera y azucarera.
Para el procesamiento de muchas de esas materias primas dispone de una fábrica de pienso criollo y despulpadora de frutas. Estas son “nacidas” del ingenio e inventiva de los propios trabajadores.
La razón de ser de La Esperanza es la obtención de carne de cerdo, ya que, cuenta con más de cuatro mil ejemplares. Además, de un centro reproductor de muchas de sus precebas, el destacado productor incursiona en la crianza de otras especies.
Es importante mencionar que, este campesino guantanamero ha sido seleccionado por varios años como mejor porcicultor de Cuba.
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Redacción Cubanos por el Mundo