La violencia policial y la represión se intensifican por las protestas en Bielorrusia tras las “fraudulentas” elecciones presidenciales. Alexánder Lukashenko se aferra al poder aunque la posición asegura que los resultados fueron manipulados.
Imágenes de la crisis que atraviesa el país le dieron al vuelta al mundo. Desde el pasado 9 de agosto los ciudadanos salieron a las calles para exigir que Lukashenko abandone el poder tras 26 años de gobierno.
Mientras tantos los colaboradores del dictador, como el régimen de Cuba, mantienen silencio sobre los delicados conflictos.
Protestas en Bielorrusia
De acuerdo con el reporte de medios internacionales al menos 200 mil simpatizantes de la oposición se reunieron en las calles el pasado 16 de agosto para lograr la renuncia del mandatario. “Vete, estás despedido” fueron algunas de las consignas que exclamaron.
Videos muestran que la brutalidad policial va en aumento. Con gases lacrimógenos, chorros de agua y agresiones directas los uniformados trataron de neutralizar a los manifestantes. En muchos casos terminaron heridos y miles quedaron detenidos por horas.
A la par se convocó a una marcha en apoyo a Lukashenko en la Plaza de Independencia de Misk que reunió a 65 mil personas según reportes de medios oficiales. Aunque la web MapCheking apuntó que la verdadera asistencia no superó las 31 mil personas.
El presunto reelecto presidente aseguró que el es poco probable falsificar el 80 por ciento de los votos. Esta fue la cantidad con la que presuntamente ganó los comicios. Sus palabras dejan en claro que no tiene intenciones de dejar el poder y adjudica la ola de protestas a “injerencias extranjeras”.
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Las manifestaciones en contra de Lukashenko se mantendrán “hasta que renuncie” según María Kolésnikova, una de los líderes de la oficina opositora de Svetlana Tijanóvskaya. Se desconoce qué medida planea tomar el régimen de Bielorrusia para contener el malestar el pueblo y mientras tantos sus aliados temen lo peor.
Cubanos por el Mundo
