¿Ustedes recuerdan a Boris Fuentes, el periodista del equipo presidencial y amigo del puesto a dedo Díaz-Canel? Pues atentos, que es posible que se lo encuentren en la calle y no lo reconozcan. Finalizado su idilio con la Presidencia de Cuba, el hombre ha bajado como diez kilos de peso y anda flaco, demacrado y angustiado por unos edificios de la Revolución en Jaimanitas, luego de que el gobierno que tanto defendió, incluso fajándose con el periodista de Univisión Mario Vallejo en Nueva York, le quitara el apartamento que le había dado en Línea y Paseo, en los altos de la oficina de Correo.
La Revolución despachó a Boris Fuentes y a Isabel Fernández desde el edificio Naroca hacia el oeste de la capital, y por allá anda Boris, aunque bajo perfil, más flaco que una picúa en tiempo de sequía.
También Isabelita luce por estos días, a pesar del esfuerzo de las maquillistas del NTV un rostro flaco.
Y es lógico. El problema con los limones y la limonada en que se metió Boris Fuentes, provocó no solo su expulsión, sino que además, al ser bajado del avión presidencial, le quitaron las tres cajas de comida que el gobierno le asignaba para su mejor alimentación y la de su familia.
En las cajas le daban embutidos, leche, huevos, arroz, pastas, aceite… y era tanto lo que le sobraba, que Boris e Isabelita mandaban rigurosamente cada mes, una caja para Villa Clara, para que padres y suegros de ambos se la repartieran a la mitad. La caja más nunca ha llegado al territorio central, y es probable que los viejos hasta hayan bajado de peso también.
Mucho se especula sobre los motivos que provocaron la expulsión de Boris Fuentes de su puesto. La verdad es que el reportaje sobre “el limón y la limonada como la base de todo” fue lo que desencadenó los memes que pusieron al puesto a dedo en rídiculo internacional; pero una reunión sostenida después con funcionarios del Departamento Ideológico del Comité Central, orientados por José Ramón Machado Ventura, fue lo que terminó de ponerle la tapa al pomoy decretar la defunción periodística de Boris Fuentes.
te interesará leer: A Boris Fuentes se le acabó el pan de piquito; le suspendieron “la dieta” y ni limón le toca
Uno de esos presentes en la reunión, le comentó a una fuente de absoluto crédito, que Boris no estaba botado del equipo de Díaz-Canel cuando fue llamado a contar.
“Lo llamaron, para decirle que ese error no podía volver a repetirse. Le dijeron que su actitud negligente como periodista había dejado muy mal parado a Díaz-Canel, y que en su caso, “la traición era doble”, pues Díaz- Canel era su amigo personal,” dijo la fuente a Cubanos por el Mundo.
“Eso no puede volver a pasar bajo ningún concepto, Boris. Tú eres un periodista viejo, estas cosas no pueden pasarte; sabemos que estás estresado y cansado, pero tienes que poner más cuidado en los reportajes que haces, en las cosas que divulgas,” le dijeron.
Boris, herido en su orgullo propio de periodista, respondió a la crítica.
“Pues no sé como voy a hacer, porque ése es Díaz-Canel, y a cada rato está diciendo cosas como esas,” expresó.
El “no sé qué voy a hacer” fue suficiente. Cómo no sabía qué iba a hacer y qué iba a divulgar, ahí mismo se le acabó el periodismo, el vacilón con Díaz- Canel, las tres cajas de comida, y el apartamento en el Vedado capitalino.
Redacción Cubanos por el Mundo