Los habitantes de Manzanillo, en Granma, se han quejado por la escasez de cajeros automáticos, y por las falsas promesas de la dictadura.
El señor Carlos Jesús Crespo Fernández, denuncio que los cubanos que viven en ese territorio sufren por retirar su pago que ahora le depositan a través de tarjetas magnéticas, porque no hay cajeros automáticos suficientes para que los más de cien mil cubanos que hacen vida ahí puedan cobrar.
Explicó que lo que ocurre en Manzanillo, es que solo hay cuatro cajeros automáticos en los que siempre hay mucha cola porque son insuficientes para la cantidad de cubanos que necesitan este servicio.
Adicional a eso, no todos están disponibles y muchas veces se quedan sin dinero, por lo que se convierten en menos de cuatro.
“Todo ello, afirma, trae como consecuencia las colas interminables, estresantes y lo peor: contagiosas. Porque nunca se guarda el distanciamiento requerido, además de que todos tocamos el mismo teclado sin una desinfección entre clientes”, expresó Carlos Jesús Crespo.
Expresó que una solución inmediata ante la situación puede ser el pago por nómina, ya que los entes castristas no prestan atención a las demás necesidades de los cubanos.
También en Manzanillo, los cubanos Wilfredo León Mesa y Marcos González califican como una falta de respeto el trato que han recibido de la dirección municipal de vivienda, pues viven en el edificio 2, en 8va. Avenida, entre 9 y 11, en el reparto Nuevo Manzanillo y desde hace dos años esperan por la reparación de la cubierta del edificio.
Los cubanos explicaron a Juventud Rebelde, que hace dos años se presentó una comisión de la dirección de vivienda, supuestamente para arreglar la cubierta del edificio, y con el consentimiento de los vecinos, pero que no estaban muy de acuerdo porque ya habían sido víctimas de malos trabajos y robos de materiales por parte de los entes castristas, se procedió a realizar la obra que era quitar la cubierta vieja y poner una nueva.
Pero un día, los trabajadores se llevaron los materiales y no volvieron más, la obra se paralizó y el edificio se quedó sin cubierta, ni la vieja ni la nueva.
Después de esta situación han sido muchas las denuncias y reclamos que los vecinos han puesto ante los entes de la tiranía en Manzanillo y hasta el momento no obtienen una respuesta que solucione la situación.
“Actualmente cuando llueve, el agua llega al primer piso, donde existen cables electrónicos de casi 50 años. Consideramos que es una falta de respeto a los pobladores de este edificio”, concluyen vecinos afectados.
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Redacción Cubanos por el Mundo
