Una enfermera cubana identificada como Bárbara López, quien estaba asignada al Centro Nacional de Rehabilitación Julio Díaz de Fontanar en La Habana, falleció luego de recibir la tercera dosis del invento de vacuna contra el coronavirus, Soberana 02.
El portal web Periódico Cubano, citó a un médico especialista en fisiatría Miguel Ángel Ruano Sánchez, quien reportó este caso a través de su cuenta en Facebook, pero posteriormente borró la publicación.
Según lo reseñado por el medio digital, la enfermera tenía síntomas de la COVID-19, pero nunca le aplicaron una prueba PCR para confirmar la enfermedad. En tal sentido, ahora las autoridades castristas están tratando el caso como muerte por neumonía, shock séptico y paro cardiorrespiratorio.
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Periódico Cubano cita la publicación borrada por el galeno, indicando que la enfermera presuntamente había pedido no ser colocada en una unidad de asistencia adaptada, donde se atiendes pacientes con coronavirus, ya que ella presentaba algunas complicaciones de salud que podrían ser riesgosa si contraía la enfermedad, pero esto poco le importó a la dictadura.
El médico cubano detalla que debido a esa misma condición de salud, ya que solo le funcionaba un riñón, tampoco era candidata para recibir la Soberana 02, pero la propaganda comunista es más fuerte que el resguardo de la salud de los cubanos.
El especialista señaló que la propia enfermera pidió en varias ocasiones no ser expuesta en un área de tanto riesgo cuando la llamaron para que fuese voluntaria.
“Mal seleccionada para desempeñarse en esa línea de atención tan riesgosa en este momento y mal seleccionada como voluntaria en un estudio para una vacuna que no demuestra aún su verdadera eficacia y tampoco consecuentemente los posibles efectos colaterales o adversos en la población”, manifestó Ruano Sánchez.
Según lo declarado por el médico cubano y citado por Periódico Cubano, le parece irresponsable que el castrismo asegure que los inventos de vacunas contra el coronavirus tienen un porcentaje de eficacia por encima del declarado por la OMS, cuando ni siquiera se han concluido de manera correcta los ensayos clínicos.
Redacción Cubanos por el Mundo
