Una cocinera cubana del servicio de asistencia social local (SAF), fue multada el pasado 10 de junio de 2021 con ocho mil pesos cubanos por “machacar plátanos” a sus comensales, además de no escribir “fufú” en la carta sino colocar “plátano hervido”. La mujer, quien además recibió todo el apoyo de la comunidad de Guayabo, Holguín, logró que le retiraran la injusta multa.
Según reporta Diario de Cuba, algunos vecinos y amigos de la cocinera cubana tildaron de “absurda” la multa impuesta. “La gente está contenta porque era un abuso, algo absurdo”, dijo Emilio, uno de los ancianos que acude al SAF.
Y es que el régimen, en su afán por sacarle el mayor dinero posible a los cubanos, se basa en acciones absurdas para poder justificar sus elevadas multas.
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“Si se hubiera tratado de un hombre ‘de sangre’, capaz que hubiera perdido la cabeza con un inspector así, que te echa una multa tan abusiva”, consideró.
La cocinera cubana, a quien llaman Alba los ancianos, detalla que ella la pasó “muy mal” pues no tenía esperanza en que la (in) Justicia cubana apelara a su favor.
“Ella apeló, pero no tenía muchas esperanzas. Ha quedado afectada de los nervios. No todo el mundo resiste tranquilo con una multa tan grande. Ojalá se recupere pronto y pueda retomar su empleo. Se asustó mucho con la multa y dejó el trabajo, pero no era para menos”.
Ramón, otro vecino del sector, detalla que esto es un hecho sin precedentes, ya que es la primera vez que él escucha que el castrismo se retracta y retira una multa.
“Miles de gentes han apelado multas tan injustas como esa y no se las han quitado. Eso de apelar es una formalidad. Esa gente después que te muerde, tienes que pagar. Viven de eso. Se la quitaron porque lo subieron a internet y todo el mundo criticó el abuso con esa infeliz. Pero abusos así pasan a diario con los inspectores y la gente se queda callada porque tiene miedo”, agregó.
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Diario de Cuba detalla que la noticia de la injusta multa tuvo un alcance nacional, por lo que el régimen se vio obligado a recular.
Al conocer la enorme e injusta multa, muchos usuarios se ofrecieron a pagar dicha cifra en caso de que no fuese suspendida.
Campesinos de la cooperativa local planeaban proponer en su asamblea de asociados ayudarla con sus “fondos socioculturales”, porque la consideraron una víctima de los inspectores estatales.
“Antes de la revolución los torturadores batistianos usaban un alicate, los de ahora usan un bolígrafo”, dice un usuario en redes sociales.
Redacción Cubanos por el Mundo
