En Matanzas, varias esculturas que pertenecen al patrimonio cultural están siendo profanadas. Parque de la Libertad y otras obras monumentales se están quedando en el suelo en una ciudad que se alista para cumplir 325 años.
Para vender el bronce, sustrajeron una vez más la punta al asta de la bandera de bronce del conjunto escultórico Parque de La Libertad, en Matanzas, según reseña CubaDebate.
El acto vandálico no es sino la peor de todas las acciones que ocurren allí diariamente, puesto que los niños se trepan y se sientan encima de la escultura con forma de mujer, con frecuencia la llenan de sustancias o le ponen cosas encima.
Para evitar todo esto han puesto a personas para cuidar y a oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria, pero ahora se ha decidido instalar en el mes de mayo una cerca que bordee la escultura, con una inversión de alrededor de 5 mil CUC.
Bielka Cantillo González, directora del Centro Provincial de Patrimonio Cultural (CPPC), explicó que si antes no se había adoptado esta medida era porque atentaba contra el proyecto original, el ornato y el raciocinio de las personas.
“Se pensaba que llegaría el momento en que la ciudadanía comprendería la importancia de preservar estas construcciones monumentarias”, pero no ha sido así.
Ahora se planea circunscribir el área de valor y dejar alguna puerta para colocar ofrendas florales, como hacen los recién casados o se realiza en determinadas fechas históricas.
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En el lugar ya se había utilizado esta modalidad de cercado en la escultura al soldado desconocido frente a la Plaza de la Vigía, que igualmente eran irrespetados sus asientos, convertida en urinario público y en sitio para ingerir comidas ligeras.

Cantillo González señaló que si las personas actúan de manera cuidadosa, la decisión de limitar el acceso puede ser reversible.
Gilberto Martínez Orgallez, restaurador de la empresa Atrios, del Ministerio de Cultura, destacó que ninguna restauración sería efectiva ni duradera si no se pone una cerca limítrofe, pues la función de los procesos de restauración y conservación es atenuar y mitigar la acción del tiempo, el clima agreste, y la acción del hombre.
Cazadores de bronce
A un costado de la vetusta Plaza de la Vigía, está el parque de Los chivos, al cual le falta desde hace tiempo una tarja de bronce con los 30 nombres de las ilustres familias canarias que fundaron la urbe.
No es nada nuevo que desaparezca o sea dañada una placa o tarja de un parque, una pared de la fachada de una vivienda e institución estatal en Matanzas. En la mayoría de los casos son sustraídas con fines de lucro, para fundir elementos utilitarios.
Cada vez que toma un rumbo torcido una tarja, placa u otro tipo de construcción conmemorativa o monumento, la cultura se resiente en lo más hondo, porque ese es el homenaje citadino, diario, a los precursores y a los hechos venerados.
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Otra tarja que hubo que restablecer fue la ubicada en la casa natal del Poeta de la Bandera, Bonifacio Byrne y Puñales. Luego apareció, pero como ya estaba duplicada una se conserva en el Museo Provincial Palacio de Junco, y la otra está en la fachada de la vivienda del patriota.
Mayra Hernández De León, directora de la Oficina Provincial de Monumentos y Sitios Históricos, señaló que es bueno reponer, pero es más importante respetar y cuidar.
La especialista asegura que para saber con exactitud la situación actual de lo que se ha perdido, haría falta un minucioso trabajo de campo.
Por su parte, Guillermo Díaz Delgado, director provincial de Servicios Comunales, admite que no existe una cultura de atención integral ni de cuidado a los lugares que atesoran parte de la memoria cultural e histórica del territorio.
“No hay mucho entendimiento ni apoyo. La población pudiera colaborar mucho más para evitar los maltratos y no lo hace. Los monumentos y tarjas son ensuciados, les ponen cosas encima, a veces hasta son pintados. Ya nadie nunca ve nada, nadie nunca sabe nada”.
Leonel Pérez Orozco, director de la Oficina del Conservador de la ciudad, expone que Matanzas, además de su patrimonio tangible, que se expresa en su arquitectura y sus monumentos, posee una gran cantidad de señalética, como placas de bronce y mármol en diferentes espacios, que fueron edificios públicos importantes donde funcionaron instituciones centrales de la ciudad, o vivieron en ellas personalidades del arte, la cultura, las ciencias o la política.
“Hoy las placas y monumentos se conservan en varios lugares, pero desgraciadamente una gran cantidad ha desaparecido, no solo por vandalismo, sino también por el desconocimiento de las personas que intervienen constructivamente las fachadas y no las restituyen”.
A juicio de estos expertos hacen falta acciones integrales, mancomunadas, que permitan ponerle coto a la indisciplina.
Redacción Cubanos por el Mundo