Según revela un reciente reportaje de investigación de Reuters, Cuba y Venezuela suscribieron dos acuerdos – a los que tuvo acceso la agencia – que le entregaban a Cuba acceso profundo al ejército venezolano, y una amplia libertad para espiarlo y renovarlo.
Tras la intentona golpista de 2002, Fidel Castro le dio un consejo a Chávez que terminó siendo – prácticamente – la compra de su alma: debía garantizar el control absoluto de los militares.
Reporta la agencia, que estos acuerdos pasaban por la imposición estricta de vigilancia a las tropas venezolanas a través del servicio de inteligencia, denominado en la nación suramericana como la Dirección General de Contrainteligencia Militar, o DGCIM.
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“Bajo los asesores militares cubanos, Venezuela reformuló la unidad de inteligencia en un servicio que espía a sus propias fuerzas armadas, infundiendo miedo y paranoia y aplastando la disidencia” reseña el reportaje.
Este cuerpo de inteligencia, conocido dentro del país por sus tácticas represivas, es acusado por soldados, legisladores de oposición, grupos de derechos humanos y muchos gobiernos extranjeros de abusos, incluida la tortura y la reciente muerte de un capitán de la Marina detenido, Rafael Acosta Arévalo.
Agrega el reportaje, que los acuerdos suscritos en 2008, le otorgaron a la fuerza militar de Cuba la potestad de:
- Entrenar soldados en Venezuela
- Revisar y reestructurar partes del ejército venezolano
- Entrenar agentes de inteligencia venezolanos en La Habana
- Y cambiar la misión del servicio de inteligencia desde espiar a rivales extranjeros hasta vigilar a los propios soldados, oficiales e incluso altos comandantes del país.
El primer acuerdo, según los documentos, prepararía a los agentes de inteligencia venezolanos para “descubrir y confrontar el trabajo subversivo del enemigo”. El segundo acuerdo autorizó a los funcionarios cubanos a supervisar la “asimilación” y la “modernización” del ejército de Venezuela.
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No ha habido secreto alguno en la penetración de funcionarios cubanos en el ejército venezolano. En 2017, Nicolás Maduro agradeció a las fuerzas armadas revolucionarias de Cuba y aseguró que “siempre” le darían la bienvenida.
Sin embargo, ninguno de los dos países ha reconocido de forma pública los acuerdos suscritos y cómo Cuba está inmiscuida en los asuntos de Venezuela.
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La transformación de la DGCIM, dicen estas personas, ha sido particularmente efectiva. “La misión más importante para el servicio de inteligencia alguna vez fue neutralizar cualquier amenaza a la democracia”, dijo Raúl Salazar, un ex ministro de defensa de Chávez que se opone a Maduro. “Ahora, con Cuba a cargo, el gobierno lo usa para mantenerse en el poder”.
Redacción Cubanos por el Mundo
