De mentiras y falacias estuvo cargado el discurso de Miguel Díaz-Canel de este miércoles 8 de julio durante la Cumbre Mundial Virtual de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y considerando las recientes denuncias que llegan a la redacción de Cubanos por el Mundo, además del amplio historial que le antecede, decidimos demostrar lo que se esconde detrás del discurso oficial.
Desde la presentación, comenzó mal el mandamás cubano. Hablar de su participación como “la voz de Cuba”, resulta irrefutablemente alejado de la realidad, considerando que ese “pequeño país en desarrollo” del que habla, no lo eligió como lo establece el orden democrático, como manda el principio que deja en el pueblo la soberanía.
Se preocupa además en su mensaje por las “desigualdades del injusto orden económico internacional” pero no de las profundas que existen dentro de la isla, que además quedaron doblemente expuestas durante la pandemia por coronavirus, tal y como recogiera el reportaje que desde Cuba realizara desde La Habana.
Resultan hoy más necesarias que nunca la cooperación y la solidaridad internacionales. Nada vale tanto como la vida de una persona. Ese es un principio fundamental de la Revolución cubana sobre el que se yergue nuestra cooperación internacional. |#CumbreOIT 🇨🇺
~ Vía CubaMinrex. pic.twitter.com/hQsSPfQqq1— ESEN | Empresa de Seguros Nacionales (@Esen_Cuba) July 8, 2020
Pero la frase que trae el texto a colación, es aquella donde Díaz-Canel asegura que para Cuba, “nada vale tanto como la vida de una persona”. Y si bien pudiésemos estar de acuerdo con tal aseveración, la práctica de la isla demuestra que para el régimen todo termina siendo al revés. Debió entonces decir que en Cuba la vida de una persona “no vale tanto”.
“Ese es un principio fundamental de la Revolución Cubana, sobre el que se yergue nuestra cooperación internacional en salud, educación y todo cuanto tenga que ver con la dignidad humana” dijo Miguel Díaz-Canel en una intervención virtual, como su accionar.
Nuestra observación llega a propósito de que fuese el mismo régimen cubano, el que a través del aparato de propaganda oficial justificara recientemente de forma ferviente, el asesinato de dos cubanos, en dos eventos y provincias diferentes, con solo 11 días de diferencia y que exigiera también que se silenciara el caso, mientras él continúa repitiendo por los pasillos el evento ocurrido en la embajada cubana en Washington, donde afortunadamente no hubo pérdidas que lamentar.
Es también el “mandatario” del país donde un bebé murió producto de un evidente evento de negligencia médica, luego de que su madre estuviese seis días en trabajo de parto, y cuya denuncia solo es el más reciente caso de centenares de denuncias de negligencia médica que han derivado en la muerte de sus ciudadanos, quien insiste en vender ante la opinión pública internacional, su profunda preocupación por las desigualdades del mundo.
Ante la escalada de desinformación del régimen, a toda escala, se hace prácticamente un deber, desmontar desde el análisis crítico, cada falacia, cada mentira, cada mensaje vociferado sin aval. Es la lucha de David contra Goliat. Y sobre los puntos débiles de Goliat, toca la estocada.
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Redacción Cubanos por el Mundo