“El combate del pueblo contra las ilegalidades ha sido esencial para identificar a personas inescrupulosas”, son las palabras que usa el regimen para definir a los grupos paramilitares en Cuba, que según “salen al paso a coleros, revendedores y acaparadores”; un mal creado por el propio gobierno castrista.
Con charlas de capacitación incluidas, el régimen ha empoderado a un grupo de borregos que serán los encargados en jornadas hasta de 24/7 de erradicar a los coleros y todas aquellas persona que supuestamente incurran en actividades económicas ilícitas. Así lo quiere pintar, pero la verdad es que este grupo de “inspectores”, no son más que civiles, inclusive armados por el propio castrismo, al mejor estilo del paramilitarismo, que subordinarán a los más débiles. Básicamente es una guerra de pueblo necesitado contra pueblo adoctrinado.
Olver Martínez Díaz, gerente del complejo Palma Soriano, Cimex, aplaude la medida comunista, de expandir grupos paramilitares en toda la isla, asegurando que: “Esta es la posibilidad que tenemos todos de participar en una lucha común”.
Por su parte, Elena Margarita Peña, Directora de División Tiendas Caribe Oriente-Sur de Cuba, manifestó: “Nosotros hemos indicado a todos los directivos que están al frente de nuestras estructuras que todos los días, deben darle los buenos días a la población, e informarles que tipo de productos se van a vender, cuáles son los precios y de qué manera van a estar regulados”. Sin embargo, esta amable versión que dan los funcionarios castristas, nada tiene que ver con la realidad.
El castrismo bajo la doctrina comunista lo que promueve es la división y la confrontación entre hermanos, armar a un grupo de civiles para que actúen impunemente sobre otros, haciéndoles creer que el enemigo está inmerso entre ellos mismos, es de los actos más sádicos que ha engendrado la dictadura cubana.
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Redacción Cubanos por el Mundo