En Sancti Spíritus no te dejan comprar en las tiendas si no vives en esa localidad. Si un gobierno es experto en crear apartheid interno, es el cubano
Como parte de las medidas implementadas en el territorio de Sancti Spíritus destinadas a no permitir la entrada del coronavirus por el puente del Yayabo, algo que finalmente y de modo lamentable ocurrió, las autoridades del territorio habían dictaminado que “nadie que no fuera residente en la provincia podía comprar en las tiendas de la provincia”.
Como requisito de control contra los llamados coleros, acaparadores y revendedores, el castrismo espirituano, que no se diferencia mucho al castrismo en el resto de las provincias en cuanto al modo de organizarle, dirigirle y joderle la vida a los cubanos, había estipulado que, las personas, una vez que entraran en las tiendas, deberían pasar por un buró donde se les anotaba el número del carné de identidad, nombre y domicilio. Eso, para evitar que volviesen más tarde, o al otro día.
De esa manera, también, dicen y creen ellos, podían saber quiénes venían de otras provincias a adquirir productos para revenderlos a mayor precio en las otras provincias.
Como es lógico, en el saco cayeron no solo los que de Cienfuegos, Villa Clara y Ciego de Ávila, por mencionar tres territorios fronterizos con el Yayabo, venían a hacer negocio, sino cualquier foráneo “extranjero” de estas tres y del resto de las provincias del país, que, por ejemplo, fue a pasarse unos días en Trinidad.
Así lo dice este reportaje.
¿Se imagina Usted, caminando, con nasobuco puesto, por el Parque Serafín Sánchez, en pleno mes de agosto y entre a una tienda para pedir un refresco? De inmediato la cajera le diría: “Aguanta Venancio, que tú vives en Santiago; no hay refresco para ti”.
¿Se imagina Usted, caminando, con nasobuco puesto, por el Parque Serafín Sánchez, en pleno mes de agosto y de pronto sienta que, de la parte de abajo de su brazo derecho emana un olor a eso que llaman “grajo”, y que descubra una tienda donde vendan desodorante, y entre a ella, para comprarlo, y que la cajera, le diga de sopetón que no puede comprar desodorante para “refrescar” sus axilas?
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Triste panorama ese, porque tampoco podrá comprar jabón para lavarse las axilas más tarde. Si no te toca desodorante, tampoco te toca jabón.
Sin dudas, al castrismo experto en apartar a las personas según sus hogares de residencia, le resultaron pocos los orientales que a menudo botan de La Habana y que en los 90´botaron a mansalva de Varadero.
Ahora, al parecer te dejan entrar, pero si olvidaste traer un jabón o el tubo de pasta ¡a ver dónde te los compras! Porque en Sancti Spíritus, simplemente, NO PUEDES.
Redacción Cubanos por el Mundo