El retroceso que se vive en Cuba es cada vez más evidente, y es que en el único centro certificado de la región central de la isla, la medicina se prepara y se envasa a mano.
A través de imágenes de medios castristas, en su intento de tapar el sol con un dedo y transmitir “con orgullo” estas situaciones, se aprecia como los trabajadores deben emplear métodos para para preparar los medicamentos que, a día de hoy, son considerados casi primitivos.
Con la tecnología tan escasa como los productos de primera necesidad, los empleados deben poner a prueba su pulso para verter el líquido en los respectivos envases, tratando de no desperdiciar “ni una gota”.
Pero esa vendría siendo la parte “fácil” del asunto, pues quien se encargué de la preparación, debe tomar una paleta y revolver el medicamento dentro de un recipiente, haciendo uso de su fuerza y resistencia como si de un ejercicio aeróbico se tratara.
Según la información emitida por el noticiero del Estado, “la cadena productiva se intensifica desde marzo, con un promedio de jarabe superior a las 14 mil unidades diarias”, pero una cosa es lo que se dice en los medios de la dictadura y otra es la realidad que se vive en la calle.
No obstante, aun siendo una “información verídica”, el trabajo que se desempeña en ese centro certificado vendría siendo un sinónimo de esclavitud.
Medicina natural: la apuesta del régimen para “olvidar” la escasez
Ante la evidente falta de medicinas que se presenta en Cuba, y con la pandemia de coronavirus más latente que nunca, la mejor apuesta de la dictadura es acudir a la medicina natural.
“Tenemos distintos tipos de jarabe: orégano, imefasma, naranja, cañandonga, aloe”,
dijo uno de los trabajadores.
Hace poco más de un mes, el régimen sacó a la luz un jarabe de concentrado de cebolla con el fin de “combatir las infecciones respiratorias”. Esto ocurrió en la provincia de Ciego de Ávila.
En medio de una situación tan angustiante y debido a la profunda crisis que se vive en el territorio, a los cubanos no les queda de otra que someterse a estos métodos tan poco confiables.
Redacción de Cubanos por el Mundo