Si hay algo que nunca falla en los debates de la prensa cubana es el espectáculo de egos, dobles raseros y la eterna lucha por definir quién es más víctima del sistema.
Esta vez, la protagonista del show es Lisbeth Moya González, quien decidió lanzarse con un extenso post en Facebook para defender a La Joven Cuba (LJC) tras la polémica generada por un meme de ese medio. De paso, dio lecciones de periodismo muy interesantes (es broma)
Entre quejas, acusaciones y una defensa a ultranza de una plataforma ya sin vergüenza, Moya expone su visión de lo que significa hacer periodismo independiente en Cuba. No tiene problemas en admitir que los interrogatorios a periodistas son el pan de cada día, pero al mismo tiempo justifica la falta de pronunciamiento público de LJC cuando uno de los suyos pasa por ese proceso. Todo se reduce, según ella, a “cuánto escale el asunto”, como si las violaciones a la libertad de prensa tuvieran niveles de gravedad seleccionables a conveniencia.
Pero más allá de su defensa de LJC, la cual debiera analizar alguien con más conocimiento de causa que quien les escribe, lo que realmente llama la atención es ciertos nombres que reaccionaron a su post con un “like” de respaldo.
Según el análisis que ya algunos han hecho en otros posts anteriores, y se han tomado el trabajo de hacer durante años, cuando personajes como Carlos Alzugaray, Ana María González Gorriz, Marcos A. Alemán y Darío Escobar están de acuerdo con algo, lo más sensato es cuestionarlo. Si tiene Ud. duda en dar un like o quiere darlo, y ve que algunos de estos, lo dieron, retírese.
En medio de este escenario de alianzas cuestionables, Moya no escatima en descalificaciones. Llama “fachos” a otros medios, acusa de racismo, clasismo y homofobia a quienes no coinciden con su visión y, por si fuera poco, se da el lujo de advertir que si LJC llegara a cruzar ciertas líneas, ella misma los “funaría”. Como si su criterio fuera el único válido para decidir quién es digno de la purga y quién se salva.
Maykel González Vivero: defensor de La Joven Cuba, ¿oportunista y A gente encubierto?
Maykel González Vivero es una figura que levanta más controversia que simpatías.
Quien alguna vez se presentó como un periodista contestatario, terminó dejando un rastro de sospechas tras un infame paso por Villa Marista, donde, según sus críticos, cantó más que un tomeguín en plena primavera.
Desde ese momento, su reputación ha ido cuesta abajo, entre acusaciones de chivateo, oportunismo y un comportamiento clasista que lo aleja de la imagen de pureza que intenta proyectar.
Ahora, en defensa de La Joven Cuba (LJC), González Vivero se presenta como el adalid de la prensa independiente, destacando que este medio no responde a presiones de financiamiento externo como Usaid o Ned, en contraposición a otros medios que, según él, no tienen reparos en ignorar las violaciones de derechos humanos causadas por el embargo estadounidense.
Sin embargo, este discurso de “libertad editorial” suena hueco para muchos que ven en sus palabras más oportunismo que sinceridad.
González Vivero no pierde la oportunidad para lanzar dardos envenenados hacia otros periodistas y medios, a quienes acusa de plegarse a las expectativas de un público exiliado o de ser incapaces de abordar la complejidad de la política cubana. Pero, irónicamente, es él quien ha sido señalado como un oportunista de manual.
Basta recordar el episodio reciente en el que, durante un encuentro en el KING Bar organizado por la Embajada de Estados Unidos en La Habana, este personaje no tuvo reparos en “echarles con el rayo” en público. Eso sí, pero después de tener ya asegurada en su pasaporte su visa de cinco años.
Por si esto fuera poco, excolegas y antiguos amigos han señalado a González Vivero como una persona violenta en sus relaciones, abusador, clasista, egocéntrico y metedor de pasajes, pues con el dinero de los fondos que recibía, de los que asegura ahora ser todo un experto en financiamiento, se daba tremendísima vida.
De esos fondos, se dice casi que como un grito, que sacó lo suficiente para poder comprarse dos casas y regalar una tercera a su ex. Algunos incluso se refieren a él como un “A gente” (por favor, queremos decir que es una gente A, no es un juego con la palabra “agente” por una posible colaboración con la Seguridad del Estado).
En su reciente defensa de LJC, González Vivero intenta posicionarse como un faro de imparcialidad y análisis profundo, pero su historial lo desmiente. Más que un defensor de la prensa libre, muchos lo ven como un oportunista que siempre ha sabido jugar sus cartas según le convenga.
En fin, el debate sobre la imparcialidad de los medios cubanos sigue abierto, pero lo que es indiscutible es que algunos juegan a ser jueces y verdugos al mismo tiempo.
Lea: Despepingan a los burlones de La Joven Cuba, pero ninguno saca la cara
Desde hace algunos días, una familia vive una angustiosa espera tras la desaparición de un…
En un movimiento que ha sorprendido a pocos y ha indignado a muchos, el periodista…
En Cuba, la situación sanitaria se ha visto seriamente afectada por la propagación del virus…
José Daniel Batista Mendoza, un niño cubano de 11 años con Síndrome de Down y…
Marianela Ancheta, una de las figuras más destacadas del modelaje cubano, marcará su presencia en…
Un trágico suceso ocurrió el domingo en San Antonio, región de Valparaíso, Chile, cuando un…
This website uses cookies.