Para una isla que ha vivido desconectada del mundo exterior, la llegada del Internet ha sido una verdadera revolución. Aún con sus limitaciones en velocidad, al caer la tarde, los parques en Cuba se llenan de familias que asisten para conversar por video conferencia con sus familiares en el extranjero o para navegar en redes sociales.
Reseña Martí Noticias, que en la isla, la aceleración en la creación de puntos de acceso Wi-Fi ha incrementado el interés de muchos cubanos por navegar con un mejor Internet. Sólo en 2016, se incrementó en un 13 por ciento la cantidad de cubanos que se conectó al menos una vez, llegando a la cifra de 4.5 millones de personas, casi la mitad de la población total de la isla caribeña estimada en 11,2 millones de habitantes.
El despliegue en la isla, de 432 sitios de acceso Wi-Fi ha mantenido a los cubanos interesados, ante la posibilidad de reconectarse o mantenerse en contacto con sus familiares en el mundo, especialmente al otro lado del Estrecho de Florida.
Sin embargo, los costos continúan siendo una de las mayores problemáticas, incluso por encima de la velocidad. Aunque los precios han bajado, la tarifa por hora de conexión es de 1,50 dólares, lo que representa alrededor del 5 por ciento del salario promedio mensual del Estado.
“Mucho ha cambiado”, dijo Maribel Sosa, de 54 años, al recordar cómo solía tener que hacer fila durante toda una noche para usar una cabina telefónica pública para conversar con su hermano breves minutos después de que él emigró a Florida en la década de 1980.
A través del videochat, Sosa se mantiene en contacto con su hermano y con su hijo, que partió de la isla el año pasado. Ella suele hablar durante más de una hora y le envía fotos familiares por Facebook.
“Mucho más podría cambiar aún”, dijo la recepcionista, que confía en su familia en el extranjero para recargar su cuenta en ETECSA, el monopolio estatal de las telecomunicaciones de Cuba.”¿Por qué no tenemos Internet en casa?”, preguntó
Las autoridades de la isla han argumentado que la demora para desarrollar la infraestructura en Cuba se debe a su alto costo, en gran parte, por el embargo comercial que sostiene Estados Unidos. Sin embargo, quienes cuestionan esta teoría aseguran que se trata del temor del Estado a perder el control. Hasta el momento, ETECSA ha firmado acuerdos de roaming con operadores de telecomunicaciones extranjeros, pero aún no proporciona acceso a Internet en los teléfonos locales.
Se calcula que en Cuba, sólo un cinco por ciento de la población disfruta de Internet en su hogar y se requiere de un permiso del gobierno que generalmente otorga a académicos, médicos y otros intelectuales.
Para el mes de diciembre, llegó Nauta Hogar, un programa piloto que llevaría el Internet a hogares de varios residentes de La Habana, con el fin de conectar al resto de la isla.
Mientras apretados en bancos o de pie sobre el pavimento, los cubanos vienen con sus familias para aprovechar al máximo los minutos de conexión. Unos ríen, otros lloran, gritan y gesticulan. Algunos que operan en el mercado negro entran y se mueven entre el público para vender tarjetas prepagadas que permiten el acceso Wi-Fi.
“No hay absolutamente ninguna privacidad aquí”, dijo Daniel Hernández, de 26 años, guía de turismo, luego de dialogar con su novia en Gran Bretaña, a sólo unos metros de Sosa.
“Cuando tengo asuntos sensibles que hablar, intento encerrarme en el auto y hablar en voz baja”, señaló.
Además el Internet es utilizado para informarse en una isla, donde el régimen mantiene controlados los medios de comunicación. Varios metros más adelante, René Almeida, de 62 años, se sienta en un taxi para revisar su correo electrónico y su Facebook. Dijo sentirse satisfecho de que sus hijos se mudaran a Estados Unidos en un momento en que las comunicaciones eran mejores que nunca.
Almeida, en cambio, se quejó de la falta de privacidad y los gastos. Pero apuntó: “Es mejor que nada”.
Redacción Cubanos por el Mundo