No hay otra explicación. El régimen cubano está en contra de los que desean progresar. Las recientes medidas de cierre de contratos y tope de precios, se unen a las ya tradicionales multas y decomisos que sufrían todos los productores de alimentos que por sus propios medios buscan sobrevivir en dictadura.
Cada vez son más trabas las que tienen que superar los productores y vendedores de productos alimenticios en Cuba, por lo cual consideran que trabajar así ya “no da negocio”, según reseña Martí Noticias.
Caso Cabaiguán
Más de 500 licencias de vender por cuenta propia, anuló el régimen en las últimas semanas en la localidad de Cabaiguán. ¿La razón? El gobierno local tiene prohibido que vendan productos “ni a un peso más de lo establecido en las resoluciones”, lo que no trae ganancia según los vendedores de los puntos móviles de la agricultura urbana.
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Los vendedores critican que el Mercado Agropecuario Estatal, viola los precios y luego quiere exigirles a ellos que no lo hagan.
“Quieren que vendamos el tomate a dos pesos con diez centavos la libra. Sin embargo, el domingo en la Feria el Estado lo vendió a cinco pesos en La carpa roja”, señaló un entrevistado.
El tope de precios, como herramienta para controlar la crisis siempre ha terminado en más desabastecimiento, represión y hambre. Por ello los expertos recomiendan un mercado donde haya una competencia sana que evite el cierre de puestos de ventas e imponer multas a los infractores.
Por Sancti Spíritus y Villa Clara
Aimara Peña, periodista independiente y residente en Sancti Spíritus, aseguró que en esa localidad los campesinos pasan muchas vicisitudes para lograr las cosechas, y luego tienen que venderlas al precio que pone el Estado. “No obtienen ganancias si el gobierno topa los precios”, señaló.
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Señaló que topar los precios no es la solución. “Los campesinos se sacrifican, trabajan duro, tienen gastos para obtener una mejor cosecha, pero no siempre el año se da bueno, y si el gobierno los obliga a topar precios, tienen pérdidas”.
Si a eso se le suma las multas, entonces ¿qué incentiva al productor? Ante eso el régimen no tiene solución y entonces se produce la escasez de alimentos.
“No tienen un mecanismo eficiente para establecer una cadena coherente entre el productor y el consumidor sin tener que pagar excesivos precios”, destacó Peña.
Yoel Espinosa Medrano, periodista independiente de Santa Clara, estuvo de acuerdo con Peña y se atrevió a opinar que “la solución está en dejar que el campesino sea quien ponga el precio a sus cosechas”.
Redacción Cubanos por el Mundo