La ‘enfermera de Caibarién’, la cubana Yaquelín Collado Rodríguez recibió este viernes el alta médica luego de casi 60 días internada al resultar positiva para coronavirus y pasar, más de la mitad de ese periodo, en terapia intensiva.
El caso de Collado Rodríguez fue seguido por gran parte de la sociedad cubana, a través de redes sociales, la prensa oficial y la prensa independiente, por lo que saber a la enfermera cubana en casa, es una buena noticia en medio de la pandemia que azota a la isla y al mundo entero. Su cuidado se desarrolló en el Hospital Comandante Manuel Fajardo Rivero, de Villa Clara.
Su evolución fue tórpida. Durante 37 días estuvo en terapia intensiva. El caso de la enfermera de Caibarién se maneja como el contagio con mayor tiempo por esta área en toda Cuba, debido a la pandemia. En un reporte ofrecido por la prensa oficial, Collado Rodríguez envió un mensaje para todos, una visitación a continuar a pesar de las adversidades y a brindar apoyo a todos los que sea posible.
“Yo voy a luchar por mis hijos, mis nietos y mi país” indicó la enfermera de Caibarién poco antes de que el equipo médico a cargo de su caso definiera que podía abandonar la hospitalización.
La evolución de Collado Rodríguez fue compleja, en momentos donde Cuba aún no comprendía el comportamiento de la COVID-19. Presentó diversos síntomas y sus complicaciones eran constantes, debido en parte al cuadro médico que presentaba antes del virus. La enfermera de Caibarién, como quedó bautizada por los cubanos después del contagio para seguirle la vista a su caso, era una paciente diabética además de hipertensa.
Su caso trascendió a la opinión pública luego de que el 23 de abril, a 9 días de haber regresado desde Venezuela donde se encontraba como brigadista de las misiones médicas que mantiene Cuba en este país – y otros del mundo – presentara malestar general.
Al aplicarle una prueba PCR se confirmó que estaba contagiada de coronavirus y desde entonces complicaciones respiratorias y un cuadro de neumonía la acompañaron. La prensa oficial refiere que al menos en tres ocasiones, sufrió paros cardíacos.
Por al menos 30 días, la enferma de Caibarién respiró gracias a un ventilador mecánico, siendo su condición inestable y no fue sino hasta finales de abril que finalmente, tras dos pruebas PCR confirmaron que ya no padecía la COVID-19.
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Redacción Cubanos por el Mundo